# ¿Se permite a los bufetes de abogados extranjeros ejercer en el campo de los servicios jurídicos? Hola a todos, soy el Profesor Liu. Con más de una década de experiencia ayudando a empresas internacionales a establecerse en China y 14 años en el ámbito de los trámites financieros y fiscales con Jiaxi Finanzas e Impuestos, he sido testigo directo de la evolución del mercado legal chino. Una de las preguntas más recurrentes y cruciales que me plantean los inversores extranjeros es precisamente esta: ¿pueden sus bufetes de abogados de confianza operar libremente aquí? La respuesta, como suele ocurrir en China, es matizada y está en constante transformación. No se trata de un simple "sí" o "no", sino de comprender un ecosistema regulatorio único que, si bien ha abierto sus puertas, lo ha hecho con reglas específicas. Este artículo desentrañará esa complejidad, guiándoles desde los fundamentos legales hasta las realidades prácticas, para que puedan tomar decisiones informadas y estructurar su asesoría jurídica en China con claridad y seguridad.

Marco Legal Fundamental

El punto de partida para cualquier discusión sobre este tema es la Ley de Abogados de la República Popular China y sus reglamentos de implementación. Esta legislación establece el principio fundamental: la práctica de la abogacía en derecho chino, entendida como la representación en tribunales chinos o la emisión de opiniones jurídicas sobre leyes chinas para transacciones dentro del territorio, es una actividad reservada exclusivamente a los abogados chinos que hayan superado el Examen Nacional Judicial y estén colegiados en una asociación de abogados local. Esto significa que un abogado estadounidense, británico o de cualquier otra nacionalidad no puede, por sí solo, comparecer ante un tribunal chino para defender un caso o certificar un documento de inversión (FDI) con efectos legales plenos en China. La soberanía legal es un pilar incuestionable. Sin embargo, el marco no es una muralla infranqueable. Desde la adhesión a la OMC, China se comprometió a liberalizar progresivamente su sector de servicios jurídicos. Este compromiso dio lugar a la creación de figuras híbridas, como las "Oficinas de Representación de Bufetes de Abogados Extranjeros" (代表处, dàibiǎo chù), que son la puerta de entrada principal para la prestación de servicios internacionales. En esencia, se dibuja una línea clara: lo puramente doméstico es para los profesionales locales; lo transfronterizo e internacional tiene un espacio regulado para los jugadores globales.

Recuerdo un caso de hace unos años, de un cliente español del sector de energías renovables. Traían a su abogado de Madrid, con décadas de experiencia en proyectos EPC (Engineering, Procurement and Construction), para negociar un contrato clave con un socio estatal chino. El abogado, brillante en su jurisdicción, asumía que su criterio y redacción serían los dominantes. Pronto chocó con la realidad: cláusulas sobre jurisdicción, arbitraje y aplicabilidad de la ley requerían un conocimiento profundo no solo del Código Civil chino, sino de interpretaciones judiciales específicas y práctica local. Su firma no tenía una oficina representativa en China, por lo que su asesoría, aunque valiosa en lo técnico-internacional, carecía de la "patente de corso" para ser vinculante en aspectos críticos del derecho chino. Tuvimos que actuar rápidamente para conectarles con un bufete chino de primer nivel que colaborara en tándem con su asesor internacional. Esta experiencia subraya que ignorar el marco fundamental no es una opción; es el primer y más costoso error que se puede cometer.

La Oficina de Representación

La Oficina de Representación (代表处) es el vehículo principal mediante el cual los bufetes extranjeros operan legalmente en China. Su establecimiento requiere la aprobación del Ministerio de Justicia y su registro ante la Administración de Mercado. Sin embargo, su alcance de actividades está estrictamente delimitado. Estas oficinas pueden asesorar sobre leyes del país de origen del bufete y sobre derecho internacional, y pueden proporcionar información sobre el entorno legal chino. ¿Qué significa esto en la práctica? Pueden guiar a un cliente alemán en las implicaciones del derecho alemán en una joint venture, pueden redactar contratos bajo ley inglesa para una transacción con elementos en China, y pueden explicar, de manera informativa, cómo funciona el sistema judicial chino. Pero hay una línea roja: no pueden interpretar formalmente la ley china con efectos legales para un cliente, no pueden representar a clientes en procedimientos judiciales o administrativos chinos, y no pueden emplear a abogados chinos colegiados para que ejerzan el derecho chino (aunque sí pueden contratarlos como consultores).

La operación de una 代表处 es, en sí misma, un ejercicio de navegación regulatoria. Desde mi perspectiva en Jiaxi, ayudar a un bufete internacional a establecer su oficina implica mucho más que el registro. Implica asesorarles sobre la estructura fiscal más eficiente (a menudo sujetas a impuestos sobre sus ingresos brutos, no netos), sobre el cumplimiento laboral para su personal expatriado y local, y sobre la renovación anual de sus licencias. He visto oficinas que florecen porque entienden su nicho –por ejemplo, especializándose en arbitrajes internacionales con sede en Hong Kong o Shanghái aplicando leyes extranjeras– y otras que luchan por intentar cruzar la línea hacia servicios que no pueden ofrecer. El éxito reside en una estrategia clara de "cooperación" más que de "competencia" frontal con los bufetes locales.

Cooperación con Bufetes Chinos

Dada las limitaciones de las oficinas de representación, la colaboración estratégica con bufetes chinos se ha convertido no en una opción, sino en una necesidad para servir de manera integral a clientes internacionales. Esta cooperación adopta múltiples formas: desde alianzas informales y referencias de casos, hasta "best friends" agreements y las llamadas "alianzas formales" que, hay que decirlo, no suelen implicar fusión de patrimonios o responsabilidades. En este ecosistema, el bufete extranjero aporta el conocimiento de la jurisdicción de origen del cliente, estándares internacionales y una red global, mientras que el bufete chino aporta el expertise legal doméstico imprescindible, la licencia para ejercer y el conocimiento de la práctica gubernamental y judicial ("guanxi" en el sentido profesional de entendimiento del proceso). Juntos, pueden ofrecer un servicio "one-stop-shop" para una fusión y adquisición, una inversión greenfield o un litigio complejo.

Tuve la oportunidad de trabajar muy de cerca en la estructuración de una de estas colaboraciones para un cliente del sector farmacéutico. El bufete europeo tenía una oficina de representación en Pekín, pero el proyecto implicaba la adquisición de una empresa china, con due diligence laboral, de propiedad intelectual y regulatoria (ante la NMPA, la administración de productos médicos). Fue fascinante –y un poco como ser el director de orquesta– coordinar los flujos de información entre el equipo europeo (enfocado en los aspectos financieros internacionales y cumplimiento FCPA/UKBA) y el equipo chino (que se sumergió en los registros de patentes en la CNIPA y en los historiales de inspección de las fábricas). El contrato final fue un documento bilingüe y bi-jurisdiccional, donde cada parte asumía responsabilidad por su ámbito. Sin esta simbiosis, la operación hubiera sido imposible o, en el mejor de los casos, enormemente riesgosa.

Áreas de Práctica Permitidas

Entonces, ¿en qué pueden centrarse concretamente los bufetes extranjeros para añadir valor? Su fortaleza reside en áreas inherentemente transfronterizas. El asesoramiento en derecho corporativo y M&A desde la perspectiva de la ley extranjera, la estructuración de financiación internacional (syndicated loans, emisión de bonos offshore), el arbitraje comercial internacional, el cumplimiento normativo extraterritorial (como sanciones estadounidenses o el GDPR europeo), y la propiedad intelectual con estrategia global son sus dominios naturales. Por ejemplo, pueden estructurar el vehículo de inversión en las Islas Caimán que luego invertirá en China, asesorar sobre los acuerdos de shareholders bajo ley de Nueva York, y gestionar el arbitraje ante la CCI (Cámara de Comercio Internacional) si surge una disputa. Su rol es conectar el negocio global del cliente con el mercado chino, asegurando que la estrategia internacional sea coherente y esté bien documentada desde el punto de vista de su jurisdicción de origen.

Un término profesional clave que manejan a la perfección es la "debida diligencia" (due diligence) desde una óptica internacional. Pero lo que he observado es que los equipos más exitosos son aquellos que van más allá de lo obvio. No se limitan a revisar los papeles que se les entregan; desarrollan una "inteligencia contextual" profunda sobre el sector en China, entendiendo las políticas industriales (产业政策) y los planes quinquenales relevantes. Esto les permite alertar a sus clientes no solo de riesgos legales puros, sino de riesgos político-regulatorios que pueden impactar la viabilidad del negocio. Esta capa de análisis es lo que justifica su tarifa premium y los hace socios indispensables, incluso cuando no pueden firmar una opinión legal sobre derecho chino.

Restricciones y Límites Clave

Es igualmente crucial entender lo que no se puede hacer, para evitar sanciones graves que pueden incluir multas, la revocación de la licencia de la oficina de representación e incluso la prohibición de operar en el país. La prohibición absoluta es ejercer el derecho chino. Esto se traduce en acciones concretas: no pueden comparecer como abogados defensores o representantes en un tribunal chino; no pueden certificar documentos legales para su uso en trámites administrativos chinos (como el registro de una WFOE); no pueden ofrecer opiniones jurídicas oficiales sobre la validez o interpretación de un contrato bajo ley china. Además, su publicidad y materiales promocionales están sujetos a escrutinio y no pueden dar la impresión de que son un bufete de abogados chino. Tampoco pueden, en la práctica, formar sociedades de responsabilidad limitada integradas con abogados chinos bajo una misma marca, aunque este es un tema de debate y posible evolución futura.

Aquí es donde a veces se producen los "choques culturales" más fuertes. Un colega de un bufete anglosajón, acostumbrado a un mercado liberalizado, una vez me dijo, medio en broma medio en serio: "¡Estas reglas son un lío!". Y sí, para quien viene de fuera, pueden parecer enrevesadas. Pero tras años de lidiar con ellas, mi reflexión es que, más que un lío, son un "manual de instrucciones" muy específico. El desafío administrativo no está en quebrantar las reglas, sino en diseñar procesos internos –flujos de trabajo, checklists, aprobaciones– que aseguren que ningún abogado junior o consultor, por inercia o entusiasmo, cruce accidentalmente la línea. La solución pasa por la formación constante y por tener un asesor local de confianza, como nosotros en temas fiscales y de registro, que actúe como una alarma temprana. La informalidad en este ámbito es el mayor riesgo.

¿Se permite a los bufetes de abogados extranjeros ejercer en el campo de los servicios jurídicos?

Tendencias y Futuro

El panorama no es estático. La tendencia general es hacia una mayor apertura, pero con un ritmo y una forma decididos por las autoridades chinas. Pilotos como el de la "Zona de Libre Comerción de Lingang" en Shanghái, donde se permiten ciertas formas de cooperación comercial entre bufetes chinos y extranjeros, son laboratorios de lo que podría venir. Se habla cada vez más de la posibilidad de permitir que abogados extranjeros, previa aprobación y quizás un examen especializado, asesoren en áreas específicas de derecho comercial internacional aplicado en China. Además, la demanda de servicios jurídicos sofisticados para la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI) está creando nuevas oportunidades para bufetes extranjeros con experiencia en los países participantes. La digitalización y los servicios legales tecnológicos (LegalTech) son otra área donde la competencia y la colaboración se darán en un terreno más neutral.

Mirando hacia el futuro, mi perspectiva es que el modelo de "oficina de representación + alianza estratégica" seguirá siendo dominante durante los próximos años, pero se flexibilizará. Los bufetes más ágiles serán aquellos que no vean a sus pares chinos como meros proveedores de un sello, sino como verdaderos socios en la creación de un servicio jurídico integrado para un mundo multipolar. La próxima frontera no será solo acceder al mercado, sino competir en la innovación del servicio y la eficiencia de entrega, aprovechando la tecnología y equipos híbridos. Para el inversor, esto significa que, con el tiempo, tendrá opciones más fluidas y potencialmente más económicas, pero la due diligence sobre las capacidades reales de su proveedor legal seguirá siendo fundamental.

## Conclusión En resumen, la respuesta a si los bufetes de abogados extranjeros pueden ejercer en China es un "sí, pero con condiciones muy definidas". Pueden operar a través de Oficinas de Representación con un alcance limitado a leyes extranjeras y asesoría informativa sobre derecho chino. Su verdadero poder se despliega en alianza estratégica con bufetes chinos, combinando lo mejor de ambos mundos para servir a clientes internacionales en transacciones complejas. Las restricciones sobre la práctica del derecho chino son estrictas y no deben subestimarse. Como Profesor Liu, he visto cómo el éxito reside en respetar este marco, construir puentes de colaboración sólidos y entender que el mercado legal chino es un ecosistema propio, con sus reglas de juego. Para el inversor hispanohablante, el mensaje clave es: **elija un bufete extranjero con una presencia en China bien establecida y una red de colaboración local probada, y exija siempre claridad sobre qué parte de su asesoría emana de la ley china (y quién la respalda) y qué parte de una jurisdicción extranjera**. El futuro apunta a una mayor integración, pero la prudencia y el conocimiento profundo seguirán siendo los mejores abogados. --- ### Perspectiva de Jiaxi Finanzas e Impuestos Desde la trinchera de los trámites administrativos y fiscales que damos soporte a empresas extranjeras, en Jiaxi Finanzas e Impuestos observamos la cuestión de los bufetes extranjeros con una lógica práctica. Su papel es **complementario e indispensable** en la cadena de valor de la inversión extranjera. Nosotros, como facilitadores del registro empresarial, la compliance fiscal y la nómina, somos testigos de cómo un asesoramiento jurídico internacional bien articulado con el local acelera y asegura los procesos. La clave, en nuestra experiencia, es la **coordinación fluida**. Un bufete extranjero que entiende los plazos y requisitos de la Administración de Mercado, la SAT (Administración Tributaria) y la SAFE (Administración de Divisas) desde el día uno, y trabaja en sintonía con su contraparte china y con consultores como nosotros, es un activo invaluable. Vemos que los casos de mayor éxito son aquellos donde el inversor forma un "triángulo de hierro": su bufete internacional (para la estrategia global), su bufete chino (para la ejecución legal local) y su partner administrativo-financiero (para la operatividad diaria y el cumplimiento). La tendencia es hacia una mayor sofisticación y especialización. Por ello, nuestro consejo siempre es: no subestime la complejidad regulatoria china; invierta en construir un equipo asesor integrado desde el principio. La eficiencia y la mitigación de riesgos que se logran justifican con creces la inversión. Analizamos si los bufetes de abogados extranjeros pueden ejercer en China. Explicamos el marco legal, las oficinas de representación, la cooperación con bufetes locales, áreas permitidas y rest